viernes, 12 de junio de 2009

La Selva no se vende, la Selva se defiende!

¡LA SELVA NO SE VENDE, LA SELVA SE DEFIENDE!



La selva no se vende: “¡Va a caer, Caballo Loco va a caer!”





Ha sido el veredicto unánime del pueblo peruano que salvando las diferencias tradicionales entre selva, sierra y costa, entre indígenas y mestizos, ha apoyado casi unánimemente las reivindicaciones de los pueblos indígenas y el clamor de justicia, sumándose a los Paros Regionales del 11 de junio y acudiendo a las movilizaciones convocadas. Un triunfo de la lucha indígena que supone una verdadera esperanza en futuros modelos de desarrollo humano. Una victoria sin paliativos frente al sistema capitalista. Los/as peruanos/as, con los indígenas a la cabeza, han dejado claro que la selva no se vende. Y es más, que el pueblo clama justicia.


El luto por los muertos ha sido abrazado por la emoción que ha provocado en el movimiento indígena, el inmenso apoyo recibido de la sociedad nacional. A Maritza Ramírez Tamani, miembro del Comité de Lucha Indígena de Loreto, parecía quebrársele la voz expresando esa emoción por el silencio y la atención que los/as asistentes habían prestado a las locuciones de tres líderes indígenas, cada uno/a de ellos/as en sus respectivas lenguas. Discursos que se han prolongado por más de media hora, y donde la práctica totalidad de los asistentes no entendía las lenguas habladas. Pero la atención fue absoluta en todo momento. Lo dijo Maritza: qué lindo cuando alguien escucha sin entender y entiende. Todos/as entendimos perfectamente los discursos de los/as tres líderes indígenas que, por cierto, nos sobrecogieron. ¡Qué líderes de futuro tienen los pueblos indígenas!


No puede dejar de describirse la tremenda felicidad que empieza a brillar en los/as miembros de los pueblos indígenas. Los rostros de los/as dirigentes desprendían algo de luz después de intensos días de preparación y miedo. Los diferentes comités de lucha y fuerzas de defensa están ansiosas de compartir entre ellas la experiencia en cada una de sus regiones. Los análisis que se hagan a partir de ahora respecto a las próximas estrategias de actuación, deberán tener en cuenta la unidad y decisión de la población peruana, no sólo la de los pueblos indígenas. Es momento para afrontar con optimismo las esperanzas del futuro. Alan va a caer. Y, tal como se ha cantado durante el día de hoy: este delito no prescribe.


La verdad es que los resultados del Paro y las movilizaciones son definitivos. Además del éxito rotundo en las Regiones Amazónicas, el apoyo de la costa y de la sierra jamás se ha visto en este país. Ha sido curioso ver en la movilización de Iquitos al Sindicato de Trabajadores de Mantenimiento y Conservación de las Vías de Acceso a la Carretera Iquitos-Nauta (si acaso, se ha notado la ausencia de la Iglesia Católica). No sé si tendrá que ver algo la IV Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya y Yala que se celebró en Puno la última semana de mayo y en donde se hizo un llamamiento a la unidad. Pero hoy es difícil encontrar una región, una ciudad o una comunidad que no haya salido a la calle a decir: Alan, la selva no se vende. Desde Tumbes y Piura, en la costa norte del Perú hasta Arequipa, Cusco, Lima, toda la selva alta y toda la selva baja, todo el Perú ha pedido la renuncia de Caballo Loco, como lo está haciendo la comunidad internacional que se ha manifestado frente a las embajadas del Perú en las ciudades más importantes de América y Europa. “Y va a caer, y va a caer, Caballo Loco va a caer”.



La selva se defiende: “Alan, devuelva nuestros muertos, ¿para qué los quiere?”


Pero la justificada alegría no altera ni un ápice los ánimos de lucha de los pueblos indígenas. No puede olvidarse que ésta victoria no ha sido más que de una importante batalla. Y que hace una semana se sufrió una terrorífica derrota. Hay demasiados muertos reflotando en las riberas como para dar demasiado paso a las celebraciones. El Perú ha clamado justicia. Los pueblos indígenas han clamado justicia. Los pueblos awajún y wampís no descansarán hasta encontrar a sus muertos. Luego pedirán justicia.


Una vez superado el control informativo gubernamental gracias a la excelente y complicadísima tarea de información que han llevado a cabo las comunidades y las organizaciones indígenas, que ha ido desde la búsqueda de testimonios de testigos directos a la difusión precisa y al toque de la información por internet y radio. Y ahora el pueblo sabe que no sabe nada, que ha sido engañado desde el primer día, que todo es una farsa. Y ahora pide justicia. Alan García debe ser procesado por genocidio.


En las calles han quedado impresas para siempre las muestras de dolor y solidaridad del pueblo peruano ante la Masacre de Bagua. Carteles con la leyenda “3000 indígenas en la Curva del Diablo. 250 regresaron a sus comunidades. 76 detenidos. 200 heridos. ¿Dónde están los demás?”; o el “Alan, devuelva nuestros muertos, ¿para que los quiere?” del título, quedarán en la retina de los peruanos.


Los comités de lucha y las fuerzas de defensa se tomarán seguramente un día de descanso, después de esta semana tan intensa emocionalmente. Pero enseguida empezarán a analizar el día de hoy y a definir las próximas estrategias. El pesimismo que se reflejaba en el movimiento indígena, incluida la propia AIDESEP, está siendo dejado de lado y cada uno y cada una, cada organización, cada comunidad, está adoptando con seguridad, decisión y firmeza el papel que le corresponde. Y el papel actual de AIDESEP es representar a los pueblos indígenas frente al Gobierno.


En este sentido, los gritos de apoyo a Alberto Pizango y la reivindicación de AIDESEP como legítimo representante de las organizaciones y de los pueblos indígenas, se han repetido en todas las movilizaciones del país. El Grupo de rock creado por el Gobierno para entablar una negociación es una provocación para los pueblos indígenas.


“¡Cuando un indio muere, no muere!”, se oyó a primera hora en la calle Próspero. Hay razones para el optimismo.

Morgan Agustí
Iquitos, 11 de junio de 2009. 23.45 hrs.

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