martes, 9 de junio de 2009

Situación en la Amazonía Peruana

SITUACIÓN EN LA AMAZONÍA PERUANA. 9 de junio de 2009


Reivindicación de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Peruana. Cronología de la masacre.


En 29 de junio de 2006, el Perú ratificó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que entraría en vigor el 1 de febrero de 2009. Desde entonces, y durante todo este tiempo, las comunidades campesinas e indígenas, así como la mayor parte de las grandes ciudades de la Amazonía Peruana: Iquitos, San Lorenzo, Yurimaguas, o Tarapoto, y, desde luego, la totalidad de las pequeñas (Bagua, Nieva…) se han venido oponiendo al TLC por pretender la privatización de la selva, lo que constituiría un peligro para su supervivencia. De igual manera se han pronunciado las Organizaciones Indígenas (AIDESEP), instituciones religiosas, organismos internacionales, etc.


En medio de estas protestas generalizadas, en noviembre de 2007, Alan García publica en el diario “El Comercio” un artículo titulado “El perro del hortelano”, calificando de esta manera a los Pueblos Indígenas que se oponían a la privatización de la selva, lo que causó un profundo malestar en las comunidades. Entre las lindezas: “hemos caído en el engaño de entregar pequeños lotes de terreno a familias pobres que no tienen un centavo para invertir”. “La demagogia y el engaño dicen que esas tierras no pueden tocarse porque son objetos sagrados y que esa organización comunal es la organización original del Perú”. “En todo el Perú hay tierras ociosas porque el dueño no tiene formación ni recursos económicos, por tanto su propiedad es aparente. Esa misma tierra vendida en grandes lotes traería tecnología de la que se beneficiaría también el comunero”.


El 12 de diciembre de 2007, Alan García solicita al Congreso facultades para el desarrollo e implementación del TLC. Siete días después, el Congreso lo concede por un plazo de seis meses.
El 28 de junio de 2008, poco antes de expirar el plazo concedido, el Consejo de Ministros aprobó los Decretos Legislativos 994, 1015, 1073, 1064, 994, 1020, 1081 y 1090. Estos Decretos se refieren al régimen agrario, forestal y silvestre, a los recursos energéticos, al derecho al territorio y titulación de tierras, y al derecho a la libre determinación y derecho de consulta.


El 13 de agosto, la Comisión de Lucha de los Pueblos Awajún-Wampis y Mestizos de Concordaqui, Imaza y Bagua, de la Región de Amazonas, mediante un Pronunciamiento en el que se llamaba a la concentración en las Estaciones 5 y 6 de Petro Perú y la Hidroeléctrica de Muyo. Entre otras medidas, se exigía al Gobierno Peruano “abstenerse de estar vulnerando nuestro derechos Territoriales derogando los Decretos legislativos: 1015, 1073,1064, 994, 1020, 1081 y 1090, y archivando los cinco Proyectos de Ley: 840, 1770,1900,1992 y 2133, normas de orden económicos que cambian el sistema de protección indígena, exponiendo de esta manera a nuestro territorio a ser vendido y comprado como cualquier bien material, hecho que a nosotros pueblos originarios de la selva nos indigna enormemente, puesto que, para nosotros la tierra es nuestra madre, es sagrada, porque se trata de nuestra vida, de nuestra existencia como pueblo”.


Los motivos para exigir la derogación de los decretos se pueden resumir en tres: 1) son inconstitucionales por sobrepasar las materias sobre las que tiene el Ejecutivo competencias para el desarrollo del TLC; 2) se ha vulnerado el derecho de consulta previa a los pueblos indígenas que toda medida que les afecte exige, de acuerdo al Convenio 169 OIT y a la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas; y 3) suponen un atentado al derecho a la vida, a la integridad y a la seguridad de los miembros de los pueblos indígenas.


Ante la seria voluntad de reivindicación de las comunidades campesinas e indígenas y la perfecta fundamentación jurídica de sus pretensiones, no sin algún que otro desalojo violento, el Congreso de la República derogó los DL 1073 y 1015, “Ley de la Selva”. Asimismo, el Presidente del Congreso se comprometió a la conformación de una Comisión Constitucional que evaluara los DL antes del 1 de febrero de 2009. Los indígenas se replegaron a sus comunidades celebrando la victoria en esa primera batalla contra el Ejecutivo peruano.


Sin embargo, pasado el plazo comprometido sin actuación del Ejecutivo, el 12 de marzo, AIDESEP (Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Amazonía Peruana, cuyo presidente, Alberto Segundo Pizango, ha solicitado asilo político en la Embajada de Nicaragua), escribió al Presidente del Congreso, Sr. Velásquez Quesquén y al Presidente del Consejo de Ministros, Sr. Yehude Simon, para recordarles el compromiso adquirido en las negociaciones de Agosto.
Al no obtener respuesta en un mes, los líderes de las comunidades de los pueblos awajún y wampís, acordaron medidas de paro en el interior de sus territorios. Diez días después, el 18 de abril de 2009, en vista de que sus demandas fueron calificadas por el Primer Ministro Simon como caprichos, las comunidades indígenas amenazan con radicalizar las protestas. Es entonces cuando Simon acepta una entrevista en la Presidencia del Consejo de Ministros con Alberto Pizango, comprometiéndose ambas partes a la conformación de una Comisión Multisectorial en la que participarán el Poder Ejecutivo y AIDESEP. Al levantamiento en la Región Amazonas se suman Tarapoto (Región de San Martín) y Yurimaguas (Loreto).


El 9 de mayo, hace un mes, el Gobierno declara el Estado de Emergencia en distritos de cinco Regiones Amazónicas, lo que supone la suspensión de las garantías constitucionales. En los días inmediatamente posteriores, se rompe el diálogo. Ante la amenaza que supone el Estado de Emergencia, Alberto Pizango declara a los Pueblos Indígenas insurgentes. Sin embargo, en una reunión con la Defensoría del Pueblo, los Pueblos Indígenas se comprometen a mantener su protesta dentro de los límites del Estado de Derecho.


Otro tremendo varapalo al Gobierno. Y de nuevo para un Decreto estrella, el DL 1090 de régimen forestal y silvestre. La Comisión Constitucional del Congreso lo declara inconstitucional. A partir de aquí debe ser debatida y aprobada por el Pleno, pero el 4 de junio, mediante una maniobra política, el congresista Mauricio Mulder interpone una cuestión de inconstitucionalidad y exige su revisión y aprobación por la Comisión Multisectorial, inexistente tras la ruptura del diálogo.


El mismo día de la maniobra, la Defensoría del Pueblo presenta ante el Tribunal Constitucional, una demanda de inconstitucionalidad del DL 1064, que afecta al otros dos grandes pilares del levantamiento: la titularidad de las tierras y el derecho de consulta previa.
El Gobierno se ve acorralado. En Consejo de Ministros se reúne de urgencia y en él se producen fuertes tensiones entre los distintos miembros del Ejecutivo. Muchos de ellos piden la cabeza de Simon y Cabanillas si no se adoptan duras medidas. Mientras tanto, Alberto Pizango, presidente de AIDESEP, comenta públicamente (como recoge “El Comercio” el mismo día) la voluntad de los pueblos indígenas de retirarse a las comunidades, dejando paso a los tribunales de justicia nacionales e internacionales, que sean estos quienes tomen ya el protagonismo con la imparable derogatoria de los Decretos.


El Gobierno está contra las cuerdas. No puede permitir una nueva derrota en menos de un año. Los pueblos indígenas no pueden salir victoriosos otra vez. Peligra el propio sistema capitalista y la libre determinación de los pueblos indígenas coge aire.


El 5 de junio de 2009 el ejército desaloja Bagua. Comienza la Masacre de Bagua. Comienza la guerra.



La Masacre de Bagua


A las cinco y media de la mañana del día 5 de abril, efectivos de la DINOES (Dirección Nacional de Operativos Especiales) y de las Fuerzas Armadas procedieron al desalojo de la Carretera Fernando Belaúnde Terry, en el tramo conocido como la “Curva del Diablo”, y el desalojo de la Estación 6 del oleoducto Norperuano.


Entre los indígenas, armados con machetes y lanzas, hay numerosos mestizos, reservistas del ejército y ronderos (muchos de ellos Héroes del Cenepa de la guerra contra Ecuador), armados con escopetas. Son rodeados por las fuerzas del Estado mientras los helicópteros sobrevolaban. A una orden comienzan a disparar bombas lacrimógenas e incendiarias. En los helicópteros y en las azoteas se preparan los francotiradores. Cuando la multitud se abre y se dispersa comienzan los disparos de bala. Empiezan a caer los primeros indígenas, sobre todo los más indefensos. Hay que señalar para entenderlo bien, que en esos primeros momentos antes del desalojo, nadie podía presagiar lo que iba a ocurrir. En las calles estaban todos. Cayeron niños y representantes políticos importantes. Por ejemplo, Santiago Manuín Varela, dirigente histórico indígena, con excelentes relaciones entre la orden jesuita, premiado internacionalmente por su contribución a la paz, quien recibió 6 disparos en el abdomen y uno en el cuello, a pesar de lo cual parece que puede sobrevivir.


En esos mismos momentos iniciales, que están perfectamente documentados en fotografías y videos que se pueden ver en youtube (teclear “masacre Bagua”) y distintos foros de internet, murieron los primeros policías. Posiblemente hasta 9. También está documentado. Una periodista belga, de nombre María, asegura disponer de numeroso e importante material sobre el asalto. Actualmente está refugiada en la embajada de Bélgica en Lima. La tensión en la Embajada es palpable. Diversos intereses obligan a callar a la periodista, quien insiste en convocar una rueda de prensa.


Según información no del todo segura pero proveniente de testigos en la zona, dos periodistas han muerto y cuatro han desaparecido.


Las cifras que se estiman en la zona son desgarradoras. Más de ciento cincuenta muertos. Más cientos de heridos. Los hospitales no sólo no dan abasto sino que además han sido rodeados por la policía para detener a todos los heridos que entren o salgan.


Los enfrentamientos no han acabado. El Gobierno ha decretado el toque de queda en Bagua y en las comunidades, y la necesidad de salvoconducto para circular por la zona. Los hombres se han dispersado por el monte y están siendo perseguidos por el ejército, aunque no conseguirán cercarlos, ahora están en territorio propio y ahí no hay quien les gane. Las mujeres, ancianos y niños también han dejado las comunidades (que son sobrevoladas por el ejército) y se han adentrado al monte. Todo/a indígena que sea encontrado tiene que ser detenido o muerto.
Mientras, el toque de queda está siendo aprovechado por el ejército para deshacerse de los cadáveres, que son enterrados en fosas comunes, quemados, o tirados al río. Hay testimonios de todos estos hechos, como los realizados por la Iglesia Católica.


Todos se preguntan por qué ha ocurrido. Lo cierto es que es difícil encontrar motivos que fundamenten una atrocidad de este calibre. Es difícil saber por qué ha pasado. Cualquier teoría es más terrorífica que otra. Pero la que tiene visos de ser más creíble es la campeona del horror. Es el paradigma del Talón de Hierro, cuando el capitalismo necesita aplastar, aplasta. No es más que el Presidente Alan García tiene que pagar su parte, y no la tiene. Ya vendió la selva, y resulta que el Congreso y el TC le van a tirar los decretos. Y cuando Repsol pida su parte, Alan no tiene con qué responder.


Por eso, cuando se ha visto acorralado, no le ha quedado más remedio que, primero, morir matando; y segundo, demostrar que ha hecho todo cuanto estaba en su mano para poder alegar imposibilidad sobrevenida del cumplimiento de su parte del contrato.



El apagón informativo


Sin duda ha sido un golpe brutal del Gobierno a las comunidades indígenas awajún y wampís, quienes no se esperaban un ataque de estas características. Pero más allá de los muertos, el peor golpe ha sido estratégico. El triunfo de la manipulación informativa del Gobierno ha sido clamoroso. En pocas horas ha conseguido hacerse con el control informativo de tal manera que ha inundado las agencias de información precisa y controlada.


Las vergüenzas de los medios europeos han quedado al aire. La subordinación a las transnacionales españolas y europeas ha sido indigna. La ignorancia de la carrera periodística. El periodismo español y europeo ha mostrado todas sus miserias.


Ya no nos queda ni la prensa.


Pero la verdad no se puede ocultar ya. Si algo ha tenido bueno el sistema capitalista ha sido la revolución de la información, y todos y todas con un celular y conexión a internet pueden ser testigos de las barbaries del telón de acero.


Quien quiera imágenes y videos buenos solo tiene que pinchar aquí http://cavb.blogspot.com/
Por otra parte, la Presidenta del Foro Permanente de las Naciones Unidas para Cuestiones Indígenas ha llamado al Perú al respeto de los derechos de los pueblos indígenas y de los derechos humanos, y el Relator Especial de ese Foro, Sr. Bartolomé Clavero, acusa al Gobierno del Perú de actos de genocidio.



El futuro inmediato


Además, la guerra no ha hecho más que empezar. La rabia se ha extendido por todos los pueblos indígenas del Perú, no sólo de la Amazonía. Y tampoco sólo se ha extendido entre los pueblos indígenas, también las comunidades campesinas y los sectores de la sociedad nacional, obreros, estudiantes, maestros… Los movimientos nacionalistas y la izquierda se está sumando al levantamiento. El jueves 11 de junio hay convocados levantamientos en todas las ciudades y se está preparando un levantamiento nacional. Ni el Ejecutivo ni los Pueblos Indígenas pueden dar un paso atrás.


Los pueblos awajún y wampís son pueblos guerreros. Ni los inkas, ni los españoles ni los ecuatorianos consiguieron nunca pasar su territorio. Y territorio es lo único que tienen. No dudarán un momento en perder la vida en su defensa. En ello se juegan su orgullo en las comunidades. Nunca un awajún ni wampís ha retrocedido en la lucha porque la muerte es la mejor recompensa del guerrero. El joven awajún es entrenado desde pequeño para una carrera espiritual, social y militar. Para ser el perfecto guerrero. El awajún no concibe la elección entre las opciones de vencer o morir, necesita vencer.


Por otro lado, el error de deshacerse de los cadáveres suma un ingrediente más al pesimismo. Por cada indígena muerto, el jíbaro se cobrará una cabeza de un oficial del ejército o la policía. Pero si no encuentra el cadáver del desaparecido, no parará. Eso lo debería saber bien Alan García. Y lo sabe entre otras cosas porque ya sucedió en un acto parecido entre Sendero y los Asháninkas, otro pueblo guerrero. Es una provocación.


El momento actual es de tensa calma. El jueves se prevé decisivo. Las asambleas de base se suceden. Hay tremendo miedo. Pero también hay decisión.



Morgan Agustí
9 de junio de 2009

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