lunes, 15 de junio de 2009

Los/as muertos/as de Bagua

LOS/AS MUERTOS/AS DE BAGUA


“How many deaths will it take till he knows
That too many people have died?”


Es de la canción de Bob Dylan de 1962, “Blowing in the wind”: “¿Cuántas muertes serán necesarias hasta que el hombre se entere/ de que demasiada gente ha muerto?”. Parece escrita en un junio de Bagua de 2009. La prensa de Lima y la extranjera parecen esperar ansiosas una cifra aproximada desde alguna fuente fidedigna. Una cifra de muertos/as, digo. Parece que si los/as indígenas asesinados/as son más de cincuenta o sesenta, Europa y Lima se volcarán con los pueblos indígenas y Alan caerá. El TLC con Estados Unidos será revisado, el TLC que estos días se negocia en Bogotá (un poco de pudor, por favor, podían haber postergado la reunión) entre Colombia, Perú y Europa, se paralizará, y los pueblos indígenas tendrán posibilidad de seguir sus propias vías de desarrollo.

En cambio, si los/as indígenas muertos son menos de 30, la prensa limeña y europeas se olvidarán de lo ocurrido, Alan García tendrá vía libre para desarrollar su política de la muerte, los derechos de los pueblos indígenas se convertirán en papel mojado y desaparecerá este modelo de desarrollo que parecía ser el futuro del planeta. ¿De verdad que todo depende del número de cadáveres?

Los medios de comunicación tradicionales viven de la noticia de impacto, de consumo rápido e intenso. Si no se mantiene la tensión del conflicto, el conflicto desaparece. Eso lo sabe el Gobierno Peruano, y su táctica ha sido la minimización del conflicto y sus consecuencias. En los primeros días les funcionó perfectamente, pero en cuanto empezaron a distribuirse por radio e internet los primeros testimonios de testigos/as presenciales, la estrategia del Gobierno se vino abajo y Presidente, Ejecutivo y la Triple Alianza (como denomina el diario “La Primera” el pacto entre apristas, fujimoristas y extrema derecha) parecen haber perdido el sentido acusando a la prensa extranjera de extremista y manipuladora. Desde luego que no ha leído la prensa extranjera, ya que ésta en su mayoría se ha limitado a publicar las notas de agencia al servicio del Gobierno Peruano. Han sido las propias organizaciones indígenas las que han sabido y podido informar a través de la radio e internet, emitiendo, organizando y distribuyendo comunicados, análisis, noticias, imágenes, testimonios, etc.

La fortaleza del levantamiento de los Pueblos Indígenas no depende del número de asesinados/as ni del apoyo que tengan de la prensa extranjera, ni necesitan las prisas. Los Pueblos Indígenas de la Amazonía se levantan (y sus pueblos y nacionalidades indígenas hermanas del Abya y Yala se solidarizan con ellos, según aprobaron en la Cumbre de Puno de fin de mayo) contra la entrada del sistema capitalista en sus territorios. La selva no se vende. La Masacre de Bagua sin duda es un elemento importantísimo que motiva más si cabe el espíritu de lucha que en estos momentos alberga cada hombre y cada mujer indígena. Y, desde luego, exigen justicia, exigen el procesamiento de Alan García por genocidio. Pero lo importante es que la selva no se vende. Ni ahora, ni nunca. No es velocidad, es resistencia.

Y la legitimación de su lucha, no lo olvidemos, está en el Derecho. En concreto, la aplicación y el desarrollo del Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU. Y, para ser más exactos, del artículo 3 de la Declaración: “Los Pueblos Indígenas tienen derecho a la libre determinación. En virtud de ese derecho determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural”. Y no nos confundamos, no se refiere a la independencia frente al Perú, eso nunca lo han pretendido. Se refiere a la independencia del sistema capitalista, al derecho a un propio y libre modelo de desarrollo, en el Perú mismamente. Es importante saber que los pueblos indígenas están dispuestos a morir por estos derechos, y el Gobierno de Alan está dispuesto a matar porque no los tengan.

En todo caso, las cifras son importantes. Pero lo que también es importante, es que va a demorar conocer datos más o menos exactos porque el repliegue, la reorganización y reagrupamiento está siendo dificultada por el Ejército. Esto es importante: la Policía y las Fuerzas Armadas están tomando las comunidades indígenas. Desde el domingo 7 ya teníamos noticias de que en los cinco ríos (Marañón, Cenepa, Nieva, Santiago y Chiriaco) los/as comuneros/as que no habían marchado a Bagua (sobre todo mujeres, mayores y niños/as) se habían adentrado en el monte ante el ingreso del ejército. Sólo permanecían dos personas en aquéllas comunidades que tienen radio o teléfono satelital. Ahora sabemos que son prácticamente todas las comunidades indígenas de la Región de Amazonas y muchas de las comunidades de la Provincia de Datém del Marañón, en Loreto, las que se han refugiado en el monte. Mientras, los hombres que se repliegan desde Bagua por los cerros, se encuentran con que las ciudades importantes de la Región como Santamaría del Nieva, Imaza o Chiriaco están tomadas por Policía y Ejército que les esperan.

Así es difícil la reorganización y el agrupamiento. Eso es lo importante, familias refugiadas en la selva, lejos de sus comunidades, mientras los padres de familia en su busca desesperada, sin un lugar al que llegar, sin un refugio fuera de la propia selva.

Se tardará en saber el número de desaparecidos/as (de muertos/as). Lo importante no es sólo cuántos serán (que también), sino quiénes son, por qué lo son y por qué no se sabe cuántos son.

Ya menos importante, hablando de cifras, es comprender cómo los medios limeños, europeos y, en concreto, españoles, son capaces de dar la más mínima credibilidad a los datos que da el Gobierno de 10 indígenas muertos y 24 policías muertos. ¿De verdad que no les ha extrañado ese resultado de un enfrentamiento entre 600 efectivos de las tropas de élite de las FFAA del Perú (con helicópteros incluidos) y 3.000 indígenas armados con lanzas y machetes? Que tiemble el sistema entonces, porque no pasarán.

E importante es que cada familia recupere a sus muertos. Y que se haga justicia. Eso es lo importante.

Morgan Agustí
Iquitos, 14 de junio de 2009; 22.50 hrs.

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